sábado, 9 de junio de 2012

Una simple introducción...

... "Al principio se trataba de pura supervicencia. La mente de los hombres primitivos, nuestros antepasados, funcionaba simplemente por contrastes. Veían un lobo, uno solo, y lo distinguían perfectamente de una manada de lobos. Establecían un contraste entre uno y muchos. Con el tiempo, y un cerebro más avanzado, empezaron a entender que tanto si hablamos de dos manos, de dos estrellas, de dos lobos, de dos cosas cualesquiera... en realidad todo eran manifestaciones de lo mismo: del número dos.


Esta capacidad casi metafórica de concebir las semejanzas tardó millones de años en aparecer. Y el dos fue fácil, porque miraban al resto de las personas y también tenían dos manos, dos cenos, dos ojos... Así que es probable que aprendieran primero "uno", "dos" y luego "muchos", el tres tardó mucho en llegar..."